Incluso existe el romance en la ficción

Damien me miró con pena, quizás con tristeza. Al ver que despertaba un poco de mi inconsciencia intentó esbozar una de sus mejores sonrisas la cual acabó deformándose en una mueca que no pudo disimular. Como ultimo intento probó agarrarme de la mano pero yo apenas tenía suficientes fuerzas para corresponderle en el acto.

- ¿Por qué lo hiciste?- susurró con la cabeza gacha, como si realmente no quisiera saber los motivos.

Quise decírselo de forma concisa y clara “porque te quiero” pero, ¿que excusa habría sido esa para cometer aquello que había echo? Tendría que explicarle todas las causas de “a” a “z” sin dejarme ninguna letra intermedia y intentándolo resumir todo puesto que no era demasiada voz la que tenía ni suficientes los ánimos para pasar horas tras horas narrando una historia.

- Ja… Jamie me dijo que te ibas al sud -cogí una bocanada de aire y proseguí- yo no quería oír a hablar de esa posibilidad, ni siquiera permitir que pasara por mi mente, era un tema de dura asimilación y no quería tener que pasar por ello. Pregunte a Tero si era cierto, solo para asegurarme, y afirmó mis sospechas. En ese momento me ví acabada en mi totalidad. Más de una vez te he repetido cuan importante eres para mí, el aprecio que te tengo -mientras hablaba veía como, por alguna razón desconocida, sus ojos se inundaban en lágrimas- y hasta que punto te quiero, te lo dije una vez y aunque te lo dije entre palabras, sin decirlo claro, creo que las innumerables cosas que he hecho por ti o para ti son suficientes para ver claramente algo más que obvio, algo puro y que no nacía en mi corazón desde que era aquella pequeña niña de los zapatos de charol, que te amo Damien.- cuando volví a fijar mi mirada en sus ojos pude ver como las gotas salinas recorrían sus mejillas y se escapaban por su cuello, empapando la camisa.

- Eres idiota -articuló entre sollozos- sabes de sobras que Jamie y Tero dejaron el grupo hace dos semanas, te lo conté, pero tú como siempre no me prestas atención. No se presentaban a las reuniones desde hacía tres meses y cada vez las sospechas entre los participantes activos se hacían más intensas por lo cual procedimos a la investigación, tras una semana de trabajo descubrimos que la séptima secta les había ofrecido un grado de poder mayor que el que tenían aquí a cambio de traicionarnos y ellos habían aceptado con la condición de que sus nombres no se harían publicos. Fue por eso por lo que durante este tiempo no sabíamos que se llevaban esos dos entre manos, -pude ver en aquel instante como toda la rabia que Damien tenía sobre Jamie se acentuaba más- caímos como imbéciles. Querían tenderte una trampa, pensaban que si te apartaban de en medio el camino para llegar a mí sería más fácil.

Me quedé sin palabras, inmóvil y helada. Había sido realmente estúpida por no haber caído antes y ahora me sentía impotente por no haber podido hacer nada.

- ¿Por qué creían que si me…-supe que sí decía “mataban” de alguna forma le dolería- dejaban a parte sería más fácil acceder a ti?

- Porque tienes el quinto poder.

- ¿Yo? ¿El quinto poder? Es imposible, un error. Una persona solo puede optar a ello si ama y es correspondida por…

- …un lobo.- afirmó.

- Damien -creí que moriría antes de poder decir lo que pretendía- ¿acaso me quieres?

- Desde el primer momento que te vi, a tu escasa edad y con tus zapatos de charol, te amé.